Marrakech sin gluten (parte I): consejos de viaje

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Marruecos es uno de los destinos complejos en la lista de viajes de un celíaco. La enfermedad es poco conocida y solo gracias al turismo se ha conseguido que llegue alguna información. Nosotros somos arriesgados y nos negamos a dejar de visitar un país por estos motivos.

Antes de detallaros nuestro viaje en el siguiente post, os comentamos algunas cosas importantes:

Clima: nosotros elegimos la primera semana de agosto, ¿por qué? es el único mes del año en el que podemos planificar un viaje y además, es más barato. ¿Lo malo? hace mucho calor, mínima de 37 máxima de 45 aprox. Entonces, ¿cómo lo hicimos?: nos levantábamos muy temprano para aprovechar las horas más frescas y después de almorzar solíamos volver al hotel para refrescarnos en la piscina.
La mejor fecha es primavera, evitando semana santa por la subida de precios en los vuelos.

Alojamiento: nos quedamos en un hotel fuera de la medina pero muy cerca (15 minutos caminando). Se llama Hotel El Andalous, un poco antiguo pero bien equipado y con buen buffet. Todo el mundo recomienda alojarse en un riad de la medina, pero la verdad es que lo nuestro fue un acierto porque el día a día del casco antiguo puede resultar agobiante, así que cada día una ruta y luego descansábamos en el hotel. Eso sí, la piscina obligatoria para estas fechas.

Equipaje: viajamos con Ryanair así que, con la nueva política de equipajes, llevamos una mochila cada uno y facturamos solo una maleta de 10 kg. Lo ideal es optar por la prioridad que te permite incluir una maleta y una pieza de equipaje de mano a buen precio, esto os lo contamos después de habernos equivocado en nuestra elección, porque luego en los zocos se te antoja todo y en una sola maleta de 10 kg para los dos resulta casi imposible.

Idioma: solo hablan francés o árabe. Muy poco inglés y casi nada de español. Nosotros nos apañamos en inglés pero a veces era complicado porque no nos entendían.

Wifi/internet: allí escasea la conexión WIFI. Lo mejor es comprar una tarjeta SIM de datos (las venden en la misma plaza Jemma el Fna) o disfrutar de la desconexión y de tus vacaciones. Lo más complicado es orientarte en las calles de la medina. Nosotros nos descargamos la app Sygic que te permite usar un mapa con gps que no necesita datos de internet. No funciona perfectamente pero te orienta más o menos para moverte por la ciudad.

Tours y excursiones: contratamos un free tour con Civitatis antes de llegar allí y una excursión a Essaouira en el mismo hotel. Por un lado, es bueno llevar todo reservado por los problemas de la conexión a internet y también por el cambio de moneda, pero por otro lado, si lo llevas todo tan planificado y un día no te encuentras bien para viajar, es mejor contratar excursiones allí sobre la marcha.

Transporte urbano: nosotros somos muy andarines y no llegamos a usar ningún transporte en el tiempo que estuvimos allí, pero lo más habitual es usar taxi (la tarifa mínima según son informaron son 50 dirhams/5 euros). Contratamos un transfer para ir del aeropuerto al hotel y viceversa.

Precauciones para la salud: nosotros decidimos contratar un seguro a través de internet antes de volar a Marrakeck. No nos pasó nada pero nunca se sabe. La compañía se llama IATI y son muy económicos y rápidos de gestionar, lo haces todo en internet y te descargas la póliza en el momento.
Las diarreas allí son frecuentes por el problema que tienen con el agua, y aunque siempre la bebas embotellada, al comer en la calle puedes ingerir algo que tu cuerpo rechace. Es muy importante que el agua esté embotellada y no pidáis hielo en las bebidas. No os recomendamos comer ni beber en los puestos callejeros, entrad en un establecimiento, sentaros y pedir algo para tomar allí, es mucho mas fiable y aunque sea un poco mas caro merece la pena. Nosotros estuvimos bien allí pero al volver notamos molestias estomacales que tardaron una semana y media en desaparecer.

Supermercados: cerca de nuestro hotel estaba el centro comercial Menara Mall en el que encontrareis un carrefour muy grande. Allí intentamos comprar algo para cenar una noche pero fue complicado. Tienen una zona (una estantería) con productos sin gluten, sin lactosa y dietéticos. No encontramos pan y la mayoría de productos eran de la marca Schär o Carrefour. El resto de productos del supermercado no tiene etiquetado especial sin gluten y algunos tienen los ingredientes en árabe, lo cual hace más complejo el tema. Así que os recomendamos llevar algunas cosas en el equipaje desde casa, por si pasáis hambre, aunque nosotros no llevamos absolutamente nada y nos apañamos.

Comidas sin gluten: la comida marroquí se enmarca dentro de la mediterránea, muy parecida a la nuestra porque usan verduras, legumbres, frutas, carnes y pescados como base de su alimentación. La mayor diferencia son las especias. El plato típico que no suele llevar gluten es el tajine, una especia de guiso de carne con verduras y especias muy rico. El más habitual es el de pollo al limón con aceitunas y el de kefta (pequeñas albóndigas de ternera con guisantes en salsa de tomate). Las tortillas francesas con atún o fiambre y acompañadas de arroz blanco son muy socorridas en el caso de que no encontréis nada sin gluten o no os fiéis. Los tés y zumos naturales que encontrareis por todos lados son una buena opcion para refrescaros y hacer una parada. En general todo es comida sana, pero el pan está por todos lados, así que ¡mucho cuidado! Una buena solución es llevar una carta describiendo la enfermedad celiaca en francés y árabe, a nosotros nos fue súper útil en el mismo hotel y en los establecimientos que visitamos. En la web Celiactravel.com encontrarás la carta en diferentes idiomas.

Comprar en el zoco: si te gusta negociar el precio con el vendedor estás en el paraiso, pero si te sientes incomodo ármate de paciencia para comprar porque lo habitual es que nada tiene precio, ellos dejan que les des el importe inicial y así comienza la negociación. Hay una zona que tiene precios más o menos fijos, en la Place des Ferblantiers, muy bonita y agradable por cierto.

Seguridad en las calles: el guía de nuestro free tour nos recomendó que no pidiéramos ayuda a los chicos de la calle en caso de perdida si no que entráramos en algún comercio para preguntar a los camareros o tenderos por la calle o plaza que buscáramos. Nuestra anécdota del viaje está relacionada precisamente con esto: un chaval nos recomendó en el zoco que tuviéramos cuidado con las motos y bicis que pasan muy deprisa por las calles, que fuéramos siempre por la derecha, y de camino nos recomendó ir a ver los trabajadores de los gremios; un amigo suyo empezó a dirigirnos hacia allí hasta que empezamos a alejarnos demasiado y educadamente les dijimos que íbamos a parar para tomar un zumo; conseguimos salir del paso pero debéis tener cuidado con estas cosas porque siempre hay gente dispuesta a aprovecharse de los turistas.

Tráfico y civismo: suele haber muchas motos y coches por todo lados que van como locos. De hecho es muy típico ver a 3 personas montadas en una misma moto y sin casco. Parece que las cosas van cambiando pero aun hay muchas infracciones que se ven. Mucho cuidado en los pasos de peatones porque no se paran, eres tú el que debes esperar a que te cedan el paso o a que no pasen vehículos. Solo en el acceso a la medina hay un paso de peatones enorme que sí se respeta, el resto es un riesgo, pero cuando llevas allí más de un día te acostumbras.

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