Este verano hemos pasado unos estupendos días en el Algarve portugués, concretamente en la ciudad de Lagos, y como en todo viaje de un celíaco teníamos la misión de encontrar el máximo número de establecimientos y productos libres de gluten para poder disfrutar de nuestras vacaciones como dios manda.
Lo cierto es que para evitar contaminaciones decidimos alquilar un apartamento y llevar nuestra propia comida, sobretodo por la comodidad en los desayunos y algunas comidas, aunque teníamos pensado salir a descubrir el Lagos sin gluten que nos esperaba.
Aunque llevábamos pan sin gluten de España, nos quedamos sin él en pocos días y fuimos a buscar más a los supermercados cercanos. En ‘Pingo Doce‘ exploramos todos los productos sin gluten que ofrecían y encontramos algo de variedad, no tanta como podemos encontrar ya en los supermercados españoles, pero sí que nos sorprendió la calidad de los mismos. Además de unos ricos bollitos de pan, encontramos unas deliciosas magdalenas muy del estilo de repostería portugués y con un sabor exquisito. Eso sí, los precios eran los mismos que en España. El resto de productos: el típico estante de Beiker y Schär, aunque más pequeño de la cuenta.
En cuanto a restaurantes la mayoría de los días comimos en lugares sin carta para celíacos, pero no tuvimos problemas ya que pedimos platos que no debían contener gluten. Sin embargo, destacamos 2 lugares que nos sorprendieron gratamente:
La Pizzería italiana Mamma Mia situada en pleno centro de la ciudad, en la que servían pizzas sin gluten. Lo encontramos en Tripadvisor gracias a un comentario que alguien había hecho sobre este tema. En la carta no informaban de alérgenos pero tenían carteles que decían «tenemos masa de pizza sin gluten». Probamos a comer allí y la verdad es que nos gustó, podíamos pedir cualquier pizza y nos la adaptaban, aunque básicamente lo que hacían era coger una masa sin gluten que tendrían preparada y elaborar la pizza igual que las demás. Es muy probable que la contaminación cruzada estuviera pululando por allí, pero ya es un paso importante encontrar algo así.
El Restaurante Adega da Marina sí está más concienciado con la enfermedad celíaca. Tanto es así, que en la puerta pudimos ver varios carteles informativos sobre alérgenos en sus platos, incluso uno decía que se debía informar al camarero sobre la intolerancia que tuviera el comensal. Allí degustamos productos de la tierra (carne y pescado).
En general, nuestra impresión es que Portugal es un país en el que aún no hay tanta conciencia de la enfermedad (no es que en España haya aún demasiada pero sí que pudimos notar diferencia). Sin embargo, no encontramos dificultad alguna para comer sin muchas preocupaciones. Como sabemos el Algarve es una zona muy turística que ofrece un servicio a personas de casi toda Europa, por lo que podemos encontrar de todo un poco: desde lugares muy tradicionales que aún no saben qué es el gluten y desconocen por completo la intolerancia, hasta establecimientos con información de alérgenos.